martes, 11 de noviembre de 2014

Crianza respetada = ¿dictados del corazón vs. del entorno?

Hola mujeres!
 
Hoy me ilusiona retomar el tema de la crianza y del dilema que surge tan a menudo, entre lo que nos dice la intuición de madres y aquello que está "socialmente bien".
 
Quien tiene un bebé, tiene un tesoro y aprende (pues hasta ese momento, al no haber vivido esa experiencia, lo desconocía) que las necesidades que deben satisfacerse en primer lugar son las del bebé y en segundo lugar, vienen todas las demás (las de los propios padres, las de los amigos, la familia...etc). Suena a obviedad, pero hasta el nacimiento de bebé (los padres lo saben bien), no se tiene consciencia de esto.
 
Rescato unas ideas de Laura Gutman, que me parecen muy esclarecedoras sobre la crianza:

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"Para acercarnos al universo del bebé es necesario utilizar el conocimiento intuitivo en lugar del conocimiento racional, ya que se trata de un ser regido por necesidades y leyes que escapan a las previsiones mentales de los adultos. Este acercamiento intuitivo que aflora en las madres está muy infravalorado socialmente; en consecuencia, las mujeres no respetan los sentimientos generados por las manifestaciones de su bebé. (...)
 
Durante los primeros 9 meses de vida extrauterina, las necesidades básicas de los bebés son en esencia parecidas a las que eran satisfechas con comodidad en el vientre de sus madres, a saber: comunicación, contacto y alimentación permanente (...)
 
La mayoría de madres no cuenta con suficiente apoyo externo para poder permanecer con el bebé "a upa" la mayor parte del día. Inconscientemente, mantienen una lucha interna entre la necesidad primario y filogenética que les dicta el corazón y lo que la sociedad, la familia o la cultura esperan de ellas y tildan de normal o saludable. De hecho, en nuestra sociedad occidental rara vez tenemos la ocasión de encontrarnos con madres que porten a sus bebés colgados al cuerpo; al contario, abundan los cochecitos para bebés, cunitas, sillitas o cualquier otro objeto que mantiene al bebé alejadísimo del cuerpo de su mamá. (...)
 
 
Para criar bebés atendiendo sus necesidades básicas, es indispensable reconocer la naturaleza del bebé humano. Para ello necesitamos observarlos, y partir de una confianza genuina en su comportamiento. Y también fundirnos en la fusión, donde viviremos como propias las sensaciones primitivas de nuestros bebés (...) Criar un bebé real es también revivir el bebé que hemos sido.
 
¿Qué sucede cuando las madres crían a sus bebés guiadas por los consejos y recetas recibidas, desatendiendo a sus sensaciones viscerales? Sencillamente, la sombra aparece en manifestaciones molestas, como enfermedades, llantos desmedidos y protestas dignas de bebés que decidieron hacerse notar. (...)
 
Las madres son acusadas de "sobreprotectoras" y son desprestigiadas en el rol maternal cuando tienen el valor de mantener al bebé sobre el cuerpo.
 
El temor familiar y social supone que el bebé acostumbrado a permanecer en contacto corporal con la madre no podrá en el futuro "acostumbrarse" a prescindir del contacto físico. Es un pensamiento lineal y sumamente infantil" (...) Un niño no sostenido en lo corporal buscará eternamente el contacto compulsivo. Por el contrario, cuando un bebé es respetado en sus necesidades, luego traspasa y evoluciona. En la medida en que su seguridad interior sea fuerte, más valor y ansias tendrá de explorar el mundo externo".
 
"La Maternidad y el Encuentro con la Propia Sombra" (Laura Gutman)

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