domingo, 15 de febrero de 2015

El posparto y el encuentro amoroso

"Una flor bella y altiva, conocedora de las leyes de la naturaleza y, sobre todo, conocedora de las emociones femeninas. El niño por nacer nos trae la posibilidad de ingresar en el mundo adulto, pero la decisión de hacerlo es personal". Esa es la oportunidad de la mujer-madre, en palabras de Laura Gutman. El puerperio o posparto, es el verdadero encuentro de la mujer con el profundo cambio emocional que ésta vive tras el nacimiento de su esperado hij@: ese es el encuentro con la maternidad.


Aquí os dejo unas reflexiones de Laura Gutman bien claritas sobre el puerperio inmediato y no tan inmediato que vive la mujer que se convierte en madre (el texto en negrita también es de la autora). Para mi es revelador, porque es una realidad (la que sufre la mujer internamente) que no suele ser visible y que no suele hablarse de ello, en la preparación a la maternidad. Por ello, comparto estas experiencias con vosotras ^_^.

¿Cuál es vuestra opinión?


"El encuentro amoroso en el puerperio

Vulgarmente se llama "puerperio" a los primeros cuarenta días después del parto. Supongo que deriva de costumbres antiguas en las que la parturienta quedaba en "cuarentena", cuidada entre mujeres experimentadas y sin obligación de mantener relaciones sexuales con el varón. En sociedades donde las mujeres se hacían cargo comunitariamente de la crianza de los niños, mientras los hombres se ocupaban enteramente de procurar el alimento, el puerperio funcionaba como un tiempo de reposo y de atención exclusiva para la madre y el recién nacido.


Nuestra realidad social es otra. Muchas mujeres vivimos en familias nucleares, en departamentos pequeños, a veces alejadas de nuestra familia primaria y en ciudades donde no es tan fácil reemplazar a una comunidad de mujeres que alivian las tareas domésticas y construyen una red invisible de apoyo. Todas las puérperas necesitamos esa red para no desmoronarnos a causa de las heridas físicas y emocionales que nos dejó el parto. Además, cuarenta días es demasiado poco para recuperarnos dentro de nuestro esquema social, porque nadie defiende las necesidades impostergables de la díada mamá-bebé, no hay una comunidad femenina para cuidarnos y la mayoría de las mujeres somos expulsadas tempranamente al trabajo.


El panorama es desalentador para las mujeres modernas y urbanas, aunque pensemos que esto forma parte de la liberación femenina. Esa es una trampa: no hay verdadera elección, casi nadie está en condiciones de decidir cuánto tiempo necesita quedarse con el bebé y cuándo es el momento adecuado para cada una para reincorporarse a la vida social y laboral. Las mujeres estamos olas con nuestra realidad interna e invisible: la desestructuración emocional causada durante el nacimiento de nuestro hijo, la falta de red social, a veces un varón como único interlocutor y los mandatos sociales que manejan los hilos de las decisiones personales y familiares.

(...) La idea principal es que las mujeres puérparas no deberíamos estar mucho tiempo solas. Necesitamos asistencia, compañía y disponibilidad de otra persona que no interfiera ni haga abuso de autoridad, que no juzque ni se entrometa, pero que esté presente. Alguien que se haga cargo de las tareas delegables (cuidado de hijos mayores, limpieza, comida, compras, lavado de ropa, organización de la casa) y con capacidad emocional suficiente para atender necesidades sutiles de las madres con un bebé en brazos.

Envalentonadas y prejuiciosas, las mujeres creemos que corresponde delegar estas obligaciones en el varón, suponiendo que así se convierte en un buen "padre moderno". Sin embargo, no es esa la tarea que obligatoriamente genera un funcionamiento familiar satisfactorio. (...) También es verdad que una mamá y un papá somos demasiado pocos para criar a un niño. A algunos les puede sorprender este pensamiento, sin embargo, creo que estamos "diseñados" para vivir en comunidad, como la mayoría de los mamíferos.

¿Qué hacer? En principio, pensar que existen opciones para obtener compañía y sostén. (...) Pero quiero destacar que las mujeres puérparas necesitamos la presencia real y concreta de un sostén efectivo y que esto es una prioridad, no un lujo".

En la medida en que comprendamos que las necesidades básicas de las madres puérparas necesitan ser satisfechas, podremos pretender ampliar nuestras capacidades de encuentro con la pareja, si es que la tenemos (...) Es decir, necesitamos inventar recursos que nos posibiliten a todos aliviar las obligaciones cotidianas de modo tal que - incluso con un bebé en medio- tengamos tiempo para decirnos uno al otro lo que nos pasa y contemos con un resto de disponibilidad física y emocional para querernos.

(...) no contamos con los recursos emocionales ni sociales que nos faciliten la crianza de los niños. Estamos demasiado solos funcionando en familias demasiado restringidas. Tenemos que inventar otros modelos solidarios para que el puerperio no sea un suplicio, sino un tiempo de sabiduría celestial. Es un desafío para varones, mujeres y profesionales interesados en problemáticas humanas".


La Maternidad y el Encuentro con la propia sombra (2014). Laura Gutman


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